#ElPerúQueQueremos

family crisis, flickr de karl westworth

¿'Orden natural' que el mundo se va a acabar?

Publicado: 2014-04-07

Mientras 182 modelos de parentesco existen en el mundo, en el Perú ante la amenaza de nuevas familias homoparentales y matrimonios del mismo sexo, hemos oído hablar en estos días del “orden natural” como argumento principal de los voceros religiosos contrarios a la unión civil. Este orden natural, sería uno solo; aquel derivado de la existencia de dos cuerpos, el masculino o femenino, sin más. La existencia de estos cuerpos estaría reafirmada según el pastor Julio Rosas, por la genética, que niega la existencia de algún “gen gay”.

Como consecuencia de este razonamiento, las conductas homosexuales serían “una opción incorrecta” –en palabras del arzobispo- y antojadiza, tendiente a debilitar la familia y corromper a la sociedad, empezando por los niños. Si la gente tiene una opción incorrecta, se la puede corregir: en el Perú se la podría curar o forzar a la abstinencia, así como en países del Caribe o el África, se prefiere encarcelar de por vida o condenar a la pena de muerte.

flickr de malte sörensen

Este enfoque simplista que se rinde a lo inmediatamente evidente reduce la sexualidad a un binarismo de cuerpos, dejando de lado una serie de cuestiones más sutiles: el desarrollo psicológico, la historia de vida, la identificación con un género, la cultura en que el sujeto se desenvuelve. El cuerpo no es sino el punto de partida; de ahí en adelante, desde el minuto cero de vida, muchas cosas ocurren con nuestra sexualidad, y no todas de manera consciente es decir, voluntaria. Hay procesos psíquicos que tienen lugar a lo largo de nuestras vidas lo que hace no solo imposible sino diríamos de terror, la idea de un “control” riguroso sobre los individuos para asegurarse de ser 100% masculinos o 100% femeninas o 100% heterosexuales. 

Si imagináramos un proceso de higiene social de tal envergadura, tendríamos que ponernos en alerta no solo impidiendo a gays y lesbianas el tener hijo; para producir “niños adecuados”, deberíamos corregir a familias con una ausencia de padre o madre, o con hijos numerosos o hijos únicos, o a madres masculinas y padres femeninos, así como montar un aparato de censura sobre los productos culturales que nutren nuestras mentes. No es ciencia ficción, la eugenesia social es una experiencia histórica llevada a cabo en la Alemania nazi y la España franquista -con apoyo de la misma orden religiosa del arzobispo de Lima- de cuyas dolorosas lecciones deberíamos aprender mucho.

flickr de tony newell

No hay por qué alarmarse en cuanto a que el “orden” real no sea más el de un modelo eterno. Hace unos días, Rafael Rey hablaba de “crisis de la epistemología”. Habría que precisar que es la crisis de la epistemología del “pensamiento único”. Así como la iglesia católica ha perdido el monopolio religioso en América Latina, del lado de los derechos humanos, las libertades individuales han ido in crescendo durante las últimas décadas remeciendo el antiguo orden “natural” de las cosas. 

En análisis del antropólogo francés, Maurice Godelier, especialista mundial en temas de familia, son los derechos individuales –la igualdad de todos los seres humanos, para comenzar- los que han movido los cimientos de la antigua estructura familiar, y este es un proceso tan viejo como la revolución francesa. El matrimonio gay y la homoparentalidad, no viene de la noche a la mañana ni es capricho superfluo, es el reconocimiento a la diversidad sexual existente en el planeta, antes sometida al control de una moral religiosa y hoy sincerado a partir del perfeccionamiento de los derechos individuales y de políticas de salud pública que recomendaron acabar con las esferas excluidas donde proliferó la pandemia del VIH/Sida.

etsy.com

Los países de mayor calidad de vida y donde más se respeta los derechos humanos y se alienta la autonomía del sujeto, han preferido “reordenar” sus sociedades, acabando con submundos “malditos” y planteando más bien órdenes inclusivos.

En estos países no se ha acabado el mundo. Por el contrario, se relanzó el modelo familiar desde bases más reales sin perjuicio de las libertades religiosas. Los límites a las conductas sexuales son los mismos para todos, el no ejercicio de la violencia y las relaciones basadas en la voluntad de las partes, manteniéndose la interdicción del incesto. En los países occidentales, donde también nos incluimos, la tasa de nupcialidad ha bajado, mientras que la de los divorcios y de parejas de hecho ha aumentado. Todo ello porque el antiguo modelo religioso de matrimonio monógamo y para toda la vida ha ido quedando atrás. Para evitar el desorden ante un modelo obsoleto que genera doble moral, y márgenes excluidos y centros hegemónicos, los Estados renuevan e incluyen, produciendo un nuevo orden social mucho más real y diverso.

Y así será mientras hombres y mujeres vivan juntos; les tocará recomponer su orden social tantas veces sea necesario, “producir sociedad” y convivencia.


Escrito por


Publicado en

RepublicaDePaseo

blog de violeta barrientos.